ISO 45001: La última oportunidad
Juan Carlos Bajo Albarracín.
“Por fin llegó la cosecha
Llegó la cosecha, hermano
Que ya parieron sus frutos
Regadíos y secanos”
Los que ya tenemos unos años a nuestras espaldas, no podemos evitar una sonrisa en la cara al escuchar el soniquete de… «por fin llegó la cosecha, llegó la cosecha, hermano». Era la música de un anuncio de televisión que se hizo famoso en los 80 y que a más de uno nos traerá grandes recuerdos.
Lo de menos es la marca que lo anunciaba… lo de más… la letra de esa canción, que se convirtió en himno para muchos. Y es que cada año, una de las épocas más esperadas por muchos, es la de la cosecha. El tiempo de recoger, recolectar, cosechar, vendimiar… dependiendo del producto que estemos esperando, lo que hemos estado trabajando y cuidando todo el previamente.
Posiblemente podríamos denominar a la ISO 45001 como a Fernando VII “el deseado”. Los técnicos de prevención llevamos los últimos años viendo cómo se publica, no se publica y, al final, se ha publicado. Por fin, hemos recogido la cosecha de muchos años de esfuerzo con la publicación de la norma.
Desde que a mediados de los años 95 empiezan a cambiarse las legislaciones y se plantea que la seguridad y salud es un elemento basado en la gestión y no sólo en las actuaciones técnicas, los técnicos de prevención nos hemos sentido como el niño pobre de la gestión. Los sistemas de calidad, medio ambiente que se basaban en la gestión con una mayor fuerza que la gestión en prevención, en particular éramos vistos a otro nivel por los gestores de calidad, la gestión forma parte de su espertis y llegábamos los técnicos a adherirnos como advenedizos a ella.
En España, fuimos pioneros de la publicación de normas de gestión sobre prevención con la norma experimental publicada por AENOR, pero igual que la publicamos, la eliminamos (en mi opinión por el clásico complejo de inferioridad español frente a Europa). Posteriormente se publicó la norma OHSAS 18001 a la cual los técnicos nos adherimos y que ha sido implantada por más de 90.000 organizaciones a nivel mundial.
Sin embargo, siempre la prevención se ha sentido acomplejada por no disponer de una norma ISO de carácter internacional. Pero, por fin llego la cosecha y nos sentimos felices de disponer de nuestra ISO 45001 que nos sitúa a niveles de calidad o medioambiente. Ahora ya nos sentimos adultos en sistemas de gestión.
En la actualidad, con la publicación de la norma, nos estamos encontrando multitud de listas, tablas, referencias cruzadas entre OHSAS 18001 e ISO 45001, transmitiendo que la transición de la norma OHSAS a ISO 45001 simplemente implica una adecuación del sistema añadiéndole aquellos aspectos o requisitos que no se encontraban en la OHSAS 18001, como el análisis del contesto.
La norma ISO 45001 refleja un cambio de filosofía en la gestión de la seguridad y salud del trabajo
En mi opinión, no nos hemos enterado, la norma ISO 45001 no es simplemente una adaptación de la OHSAS al formato de la estructura de alto nivel de ISO. La norma ISO 45001 refleja un cambio de filosofía en la gestión de la seguridad y salud del trabajo, pasando de centrar nuestro sistema en la eliminación del accidente a un sistema que busca, además de la eliminación, una mejora continua de las condiciones de trabajo.
Por otra parte, la norma, como todas las diseñadas de acuerdo con la estructura de alto nivel de ISO, busca una desburocratización del sistema, ya no existen estructuras documentales encorsetadas; ya no es importante la documentación, si no la información que existen en dichos documentos.
Quizás estemos ante nuestra última oportunidad de hablar de una adecuada gestión y no de una gestión burocrática. Dejemos de parodiar a Groucho Mars en su mítica película del Oeste “Más Madera” cambiándolo por “más papel”.
A ver si aprendemos de una vez que la importancia de un sistema no son sus estructuras documentales, los registros y las firmas; la importancia de un sistema se basa en los resultados o desempeño.
Pero ¿seremos capaces?, o seguiremos vendiendo nuestro trabajo de la misma forma que lo hemos vendido hasta ahora, demostrando lo mucho que hacemos y no lo que conseguimos.
Espero que, en particular, consultores y auditores empiecen a enterarse que no podemos quedarnos en los papeles, debemos bajar al terreno, al tajo y la fábrica para valorar los resultados y desempeño de los sistemas. Espero que los auditores nos enteremos, debemos dejar el traje y los despachos y ponernos el vaquero, bajar a la fábrica y valorar el desempeño. Basta ya de valorar la capacitación en base al número de horas de formación, empecemos a valorarla analizando la forma de trabajar de las personas si están o no capacitados, hayan recibido más o menos curso; empecemos a valorar los controles por su eficacia y no porque existen registros o no. Bajemos al tajo, que el papel todo lo aguanta.
Es cierto que esto exige saber más, tener la mente abierta y dejar nuestra zona de confort en la documentación. Ya no nos valen auditores que nunca han hecho prevención y simplemente se saben la norma de memoria.
Quizás estemos ante nuestra última oportunidad de transformar la prevención de ser un coste a ser un valor añadido.
Juan Carlos Bajo Albarracín es Vicepresidente del CGPSST